9.8.10

Del futuro porvenir

-Aún no es tiempo de desaparecer del mundo. -Dirá algún día que despierte con un gramo de sensatez y dos kilos de optimismo picado grueso en el cerebelo.

Y será La Pampa todas las Pampas,
y el Universo todo el jardín.

Y será una sensación inconexa tras otra,

al principio toda certeza, oculta, se devanará a si misma hasta quedar convertida en mero presentimiento

Luego ¡Ay!

Y en el final aguardará los siglos,

[Ya casi, ya falta poco...]
Valor para sonreír a partir de aquí, y no detenerse luego.

[Pájara sonrisa para la dama en la cornisa,

gesto picarón para la señorita del sillón.]
Con los senos que lloran leche agria,
con los pies descalzos,
canta, madre, tu canción de cuna.
En tus brazos cabe el mundo
y en tus hombros la luna.


ni sonreír ni mecer detengas, aunque de ello dependiera todo lo demás. Aunque el incienso ya no queme
y los ángeles de dios te arrojen piedras en las fauces.

20.7.10

Más abajo

La soledad es penosa; pero no seas vulgar,
y podrás estar donde quieras en un desierto.
Angelus Silesius
-¿Pensaron en cavar un túnel?
-Perderíamos valiosas horas de encierro.
-Pero recuperaríamos el mundo. Además, aquí hace mucho frío.

El primer desafío consistía en arrojarse desde lo alto de un sillón mal tapizado hacia el infinito y cronometrar cada segundo que durase la caída. Así que allí estábamos, en caída libre, con mucho frío y debatiendo sobre túneles.

-Lo que digo es simple: si lográsemos cavar un túnel podríamos detener la caída que sospecho no va a acabar nunca. Regresaríamos al mundo y renunciaríamos para siempre al frío que hace aquí. ¿Escuchás?
-¿Qué cosa?
-En algún lugar está lloviendo. La misma lluvia de un lunes, hace cuatro años atrás, es el mismo sonido. Inconfundible. [No puedo recordar el color rojo, hace tiempo lo olvidé, no sé cuándo. ¿Vos lo recordás?]
-¡Shhh! ¿Cuánto marca tu aparato?
-Veinticinco años, dos meses, once días, dieciséis horas, nueve minutos y doce segundos.
-Yo tengo un poco más.
-Eso es porque fuiste el primero en saltar.

Qué tiempos aquellos en que respirar era tan fácil como abrir una lata de duraznos en conserva y sentarse a la sombra negra de un álamo a cantar con el río. [-Hoy uno es más prudente, menos confiado. Quizás hasta le haga bien un poco de maltrato a piacere ¿Usted qué cree? -No lo sé. Pensaba en la casa en que nací, en el pequeño triciclo y la jirafa de juguete. Había una melodía que estaba muy de moda en aquella época ¿Cuál era?
¡Ah! Sí, ya recuerdo.]
Chipi chipi, chipi chipi
aprende a bailar el ritmo
del chipi chipi

¡No puedo ni siquiera percibir mi propio eco!

EN ÚLTIMA INSTANCIA, LA CANCIÓN PODRÁ OÍRSE EN ALGÚN LUGAR RECÓNDITO DEL ESPACIO MUCHO TIEMPO DESPUÉS DE QUE SUS REPRESENTANTES EN LA TIERRA HAYAN EXPIRADO, MUCHO TIEMPO DESPUÉS, INCLUSIVE, DE QUE LA HUMANIDAD SE HAYA DESPOJADO DE TODA SU MATERIA, RECORDANDO AL MERO VACÍO QUE ALGUNA VEZ FUE UN RECIPIENTE LLENO DE VIDA, AYUDÁNDOLE A EVOCAR SUS ÉPOCAS POCO FELICES DE SOUVENIR.



Buenos Aires, 16 de julio de 1995, cayendo indefinidamente:
la noche anterior teníamos frío, a la mañana siguiente el frío nos tenía a nosotros.

13.7.10

Lorem horror ipsum vacui

Llegado este punto de creada la bitácora y en mitad de una crisis de horror vacui, es preciso recordar que
¡Polvo al aire! ¡Polvo al viento! ¡Coercir! ¡Mar abierto!
¡Shhh!
y también que
Pese a arduos esfuerzos por mantener mi propia superficie alejada del confinamiento y fuera de los límites de la poco grácil geometría social, finalmente me he decidido por un número. El 11:11.
Citando en forma arbitraria, pero no por ello menos efectiva, al filósofo Lao Tsé: "El Mundo se mueve y gira", es que inauguro este autodefinido desvariamen que está expresamente a favor de los movimientos terrestres de rotación y traslación así como de otros fenómenos de menor interés, como las ondas que se forman sobre la superficie del agua al arrojarle una piedrita o al hecho de que nadie note que las nubes son y serán las mismas, desde siempre, por más intrincados y cuantiosos sean los intercambios de posiciones que produzcan para despistar. ¡Montañas voladoras! ¡Estrategas del firmamento! ¡Comerciantes del infinito!

Azhar, luma perrique rómalo.
Jadeo, salto, voltereta en el aire, mordisco, desgarro
y ¡Trampa! ¡Es una emboscada! Aliméntense lobos, háganlo bien, podrían no haber hombres para mañana. Coman ¡Coman! El frío y la nieve. Aliméntense y, cuando se termine la carne, recuerden que yo fui bueno con ustedes. ¡Sólo recuerden que no masticarían al hombre que los educó y trató dignamente! ¡Que evitarían incarle a su padre, a costa de morir de inanición, los colmillos en la carne roja, jugosa, sabrosa y tierna que protege sus huesos frágiles de la gelidez del polo!

[ Quizás hoy, con el corazón constipado por decir te amo y un calambre en el encéfalo por mucho pensar y jamás llegar a ninguna parte, quizás hoy, recordando los días de ¡Ay! y de ¡Basta! y de ¡No y punto!, quizás hoy pueda perdonarme un par de cosas. Es oscuro, es temprano. El día recién comienza y dentro de algunas horas algún bostezo será el primero de una larga seguidilla de despertares y retornos hacia las frígidas tumbas del cemento y el café. ]
El primero de muchos. Hoy, 11:11, el primero. Ahora ¡shhh...! El sol.